Soy

Prometeme el cielo y te dare la tierra.



domingo, 25 de diciembre de 2011

Alguien miente

-Lo huelo, es como bilis en el aire. Está mintiendo. No sé cómo no puedes darte cuenta.
-No lo creo, Shura. Confía en mí.
-No, Manya, confía tú en mí. Miente.
Manya recordó entonces que si Shura podía oler el miedo... podría oler entonces la mentira. ¿Estaría perdiendo entonces el tiempo escuchando las mentiras de alguien que seguía siendo un desconocido?
-Entonces... ¿Qué hacemos?
Shura pareció sonreír por un momento de forma tranquilizadora- Lo de siempre. Retomar el camino antes de que nadie nos la juegue.
Ella bajo la mirada, sintiendo aquel liquido caliente recorriendo las cuencas de sus ojos hasta agolparse en el filo de sus pestañas.
-Manya. No te sientas insegura. Nos sigue quedando un mundo por descubrir. Me prometiste que serías fuerte. Si vas a venirte abajo retoma tu camino a casa. Muere con tus seres queridos o vive lejos de ellos. Pero no dudes. Decide. Camina.

martes, 20 de diciembre de 2011

Grilletes

Las cartas de poker colocadas estratégicamente en abanico eran devoradas por el fuego purificador, insaciable y que parecía no tener intención de darse prisa con su festín. "¿Así que estas cosas son en las que tú crees verdad? Que estupidez..."
Manya despertó de golpe, agitada, sacudiendose así las tinieblas del mal sueño. Inmediatamente miró al rincón en el que Shura dormía plácidamente a pesar de los grilletes. Inhaló profúndamente y se estiró en su sitio,después tendió el brazo hacia él, pero las cadenas la frenaron. Otra vez estaban en aquella situación. Mil malos presagios merodeaban en su mente como cocodrilos hambrientos a las orillas de un río. Encogió de nuevo sus rodillas y hecha un ovillo rompió a llorar. "Ni un ruido, ni un ruido, ni un ruido" pensaba mientras los gruesos goterones de lágrimas recorrían sus demacradas mejillas. Tantas huidas, tantos kilómetros recorridos, tantas noches en vela vigilando que no los encontraran, tantas precauciones al hablar de donde eran o hacia donde iban... Esa vez no tendría arreglo. Estaban vendidos. Y probáblemente muertos. Escuchó un suspiro en el cuarto, al limpiarse las lágrimas vió la mirada de Shura, clavada en ella, mostrándole  los dientes de forma amenazadora, estaba enfadado. Era verdad, aquello no había acabado, aun no habían acabado con ellos, tenían mucho que hacer aun. Sonrió ante su ataque de tristeza -Tienes razón, Shura. No. Esta noche no moriremos.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Rojo V


Esa tarde encontré un compañero que me prestase el móvil al salir de las clases.
-¿Si?- La voz que sonó al otro lado del teléfono no solo lo hizo ahí. Me di la espalda para encontrarme con mi hermano de frente. Sonreía. – Lo siento, no he podido evitarlo.
-No pude ir esta mañana…
-Mentiroso, te has quedado dormido seguro.
-Bueno, pero no ha sido aposta.
-Da igual, sigo debiéndote un café, pero no aquí, por favor. No me apetece estar en la universidad.
Sería por… -¿Es por qué la dejaste?- Me di la vuelta y con gesto de agradecimiento devolví el móvil.
-¿La uni?
- Claro
Frunció el ceño – No la dejé. La acabé.
-Pero si te marchaste de casa. Nadie te pagó la universidad.
-Ya… fue una etapa difícil. Eso es parte de la larga historia que tenía preparada.
Sonreí – ¿A dónde quieres ir entonces?
-Bueno, el cambio de planes no ha sido tan malo- Jairo observaba curioso el piso de estudiantes en el que me había instalado. Estaba más o menos recogido, pero olía bastante a cerrado.- Al menos me ahorrare pagarte el café.
-Si la historia es tan larga como dices sería más de un café, ¿no?
Rió por lo bajo mientras rebuscaba en su enorme riñonera.-Bueno… te voy a contar la versión extendida, asique supongo que sí.
-¿Y tu mochila?
-En casa, no iba a cargar con ella todo el día.
-¿Qué casa?
-Eso forma parte de la historia. No quiero estropearla.- Después de mucho rebuscar sacó un pequeño paquete y se puso tras la barra americana de la cocina. – ¿Tienes cazuelas? Quiero decir cazuelas limpias, claro.
-¿Qué vas a hacer?
-Chocolate, como antes. Si prefieres café no me importa.
Sonreí y señale el armario que tenía detrás- Me acorde del chocolate caliente que llevabas a la universidad esta mañana.
-Genial. Soy recordado por hacer la comida. Todo un detalle por tu parte.- Saco la única cazuela que parecía seguir más o menos utilizable. No acertaría a decir cuánto tiempo llevaba sin usarse aquella cocina de forma seria.
- Espero que no jodas ese recuerdo ahora. Sigue dándosete bien cocinar, ¿no?
-Si te parece estos dos últimos años he sobrevivido a base de precocinados.
Arqueé una ceja
-Imbécil, no es que siga siendo bueno cocinando, soy infinitamente mejor.
-¿Lo dices por el ego o por la comida?

jueves, 15 de diciembre de 2011

Carta a mi imaginación


Hoy me falla algo. He soñado que hay estabas, que volvías a mí, amigo mío. Mi pequeño caminante inseparable, por tortuosos caminos correremos algún día de nuevo. Me duele saber que no te veré hasta dentro de mucho. O quizá nos veamos hoy… pero yo… yo te quiero aquí, saber que volverás y que algún día nos marcharemos, y no. No miraremos atrás. No me dejaras mirar atrás. Nunca miraremos atrás. Pero… ¿y si nunca vienes? Te echo de menos. Pero volveremos a encontrarnos… ¿me lo prometes? Si lo haces no dejaré que te pase nunca nada. Te cuidaré. Vigilaré tus pasos. Aun así, aquí estoy, limpiando unas lágrimas que son tuyas. Pero eres todo lo que tengo. Si hay algo que me hace seguir adelante es pensar que algún día nos encontraremos en nuevo mundo. Y seremos felices. Déjame volver a cabalgar sobre tu grupa, volver a apoyarme en tu pecho, acariciar tu lomo, suave como el amanecer de un sueño . Ven a mí… porque sabes que te pertenezco.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Con el tiempo he aprendido a odiar los cuentos de princesas


No hace mucho existía una princesa. No una princesa de las de corona y poder, de largos vestidos y mirada encantadora. No, solo se trataba de una princesa de mentira. Una princesa de la farándula, de aquellas que sabían bailar de formas poco puras, escuchar y alabar las mentiras de los hombres. Todos los hombres mienten, pero… ¿qué le importa eso a una persona que obtendrá lo que quiere independientemente de las palabras escogidas? A cada problema tenía una absurda solución, bailaba a la luna y seducía al sol.  Su mundo era simple. Solía lograr lo que quería. Se le daba bien mentir, como a todos los suyos, logro hacerse pasar por princesa de verdad para lograr un príncipe. Lo logró, pero el principe ya tenía un destino asegurado y salió perdiendo, y mucho. Una princesa de la farándula jamás podrá usurpar el puesto de una de verdad. Sin embargo yo seguiré seduciendo al sol y bailándole a la luna mientras que las princesas de verdad ni siquiera lo verán desde sus fríos castillos.