Cuentos de lobos para entretener a las niñas (I)

Como una ligera brisa de mayo sabia el aire de enero. La manga corta había llegado demasiado pronto y la mirada de una niña revoloteaba oteando un sucio horizonte de contaminación. habian pasado un par de meses desde la caida de la humanidad. Ahora solo quedaba un sucio mundo de edificios vacios en lo que antes eran imponentes ciudades. No había llegado ninguna apocalipsis. Eso se lo cederemos a los dioses. Pero no, habían sido los hombres los que habían traido la extinción a su propia especie con emfermedades creadas por ellos mismos, guerras que habían consumido a los mas debiles... solo quedaban restos de lo que algún día fue una civilización. ¡Incluso el estado seguía en pie! Un estado sin pueblo.
-Manya
La niña giro para encontrarse con el lobo y extender sus manos hacia su compañero. -Shura...debemos marcharnos...
Quizas esto es adelantarse un poco ¿No? mejor empezemos por el principio.

Alf laila wa laila

La canción que fue coreo de hace tres años... vamos antes de ayer...
El título significa mil y una noches. La letra algo asi como ojala tengamos mil y una noches para disfrutar de nuestro amor... ojala.

Rojo VI

Esperaba sentado frente al ordenador, completamente absorto en unos artículos recién colgados en una red social cuando me sobresaltó una taza de chocolate humeante a escasos centímetros de mis narices. Sin ni siquiera mirar al portador, arrebate la taza y cerré el ordenador. Después me uní a mi hermano, ya descalzo y acomodado en el sofá.

-Bien… ¿Por dónde empiezo?

Sonreí – Por el principio ¿no?

-¿Desde Nochebuena?

-Desde tu última Nochebuena en casa

Y así es como Jairo comenzó a contar su versión de todo lo que había sucedido la última noche que pasadmos toda la familia junta-Veamos…

Papa estaba enfadado, como siempre. Le había tocado ir a recoger al abuelo de la residencia. Estaba casi toda la familia en casa, algunos riendo, otros comentando la comida de mama, tan olorosa como siempre. Recuerdo que fuese lo que fuese lo que cocinase mama cuando había una reunión familiar inundaba el ambiente. Era como si crease un ambientador de lo que fuésemos a comer, y siempre que entrabamos en casa sonreíamos y después de aspirar el aire, que debía de ser incluso comestible, todos jugaban a acertar que era. Lo malo era que siempre pensábamos que lo hacía para ocultar el olor del mal genio de papa. Siempre de morros en el sofá, como si el mundo le hubiese castigado con la peor familia de la rifa. Aún así aquella noche parecía que todo iba a ir bien. Yo estaba en la cocina con mama como siempre. Tú llevabas los abrigos y recibías con papa a los invitados, ¿No?

-No exactamente…

- ¿A qué te refieres?

-Lo cierto es que me olía lo de aquella noche, pero no me lo imagine tan exagerado. Papa estaba hecho una furia contigo. Habías vuelto a desaparecer aquel fin de semana. Decía que solo te pasabas por casa como los perros, pero comer, dormir y para lo que te interesaba, que el resto te daba igual. Que tu familia te daba igual.

-Eso no es verdad, Dan.

-Quiero pensar que estas aquí porque te importamos.

-Bueno, mejor será que hagamos esto de forma lineal.

Finalmente nos sentamos a la mesa. Hablamos de la universidad cuando nos preguntaron, los primos hablaron de sus trabajos o de los estudios. Alguien se había comprado un coche nuevo, eso también lo recuerdo. Escuché un comentario por encima de todos:

-Este niño no es un revolucionario. Solo vive para vaguear a costa de esta familia. Y cuando tenga la suya propia les matará de hambre con esas ideas.

Si. Papa solo dijo lo que pensaba. Pero, ¿delante de todos? Era de muy mal gusto por su parte. Mama supo que me había dado cuenta. Parecía que para ella se hubiese parado el tiempo, como si una premonición la hubiese mostrado lo que iba a suceder. Pero no era una premonición. Solo había que abrir los ojos para ver.

-Papa, yo al menos defiendo unas ideas que son mías. Me gusta pensar que algún día el mundo será mejor de lo que es ahora con personas de mentalidad tan cerrada.

La mesa enmudeció progresivamente.

- En vez de tanta filosofía ponte a lo que tienes que ponerte. Estudia y trabaja como hemos hecho todos. No llegaras a ningún lado siendo el inútil que eres ahora.

- ¿Inútil? Sin muchos otros inútiles como yo seguiríamos en un sistema feudal, asique de nada.

-Eso no es así. Y mientras sigas bajo mi techo seguirá sin ser así.

-Este también es mi techo.

Mama estaba nerviosa, se le notaba en la mirada, y aun así hablo con una voz firme y un amplia sonrisa– Chicos dejadlo correr, no es el momento.

Los comensales la dieron la razón, evaporando la tensión. Papa y yo nos miramos desafiantes. Que discutiésemos y nos peleásemos un día cualquiera vale. Pero, ¿una tregua el día de Nochebuena era tanto pedir? No, no lo era. Se marcharon todos los tíos, primos y el abuelo. Ya sabes lo que paso porque aun estabas en casa. Joder… aun recuerdo como gritaba mama cuando papa me estampó el plato en la cabeza mientras decía que no le volviese a dejar en ridículo. Aquella fue la última noche en casa.